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Depredador: Tierras salvajes, otro paso firme paso para la saga

Imagen por Cortesía

Es y no es una secuela de Depreador: Prey, pero la buena nueva con: Depredador: Tierras salvajes, es que tiene detrás de si al mismo director, alguien que se siente está comprometido a llevar a esta saga de ciencia ficción a explorar nuevos y espectaculares horizontes. Y la verdad es que lo acaba de hacer de nuevo, entregando una divertida película que tiene mucho que aportar para que sigamos manteniendo el interés en una saga que está dando un giro muy intenso.

La historia nos presenta a Dek, un joven depredador que es considerado el eslabón débil de su tribu y por eso lo quieren aniquilar, su hermano lo salva de las garras de su padre y se va desterrado a un peligroso planeta en donde buscará cazar a una bestia que todos los de su especie tiene, cazarla es la única manera de volver a casa. En el camino tendrá la ayuda de Thia (Elle Fanning) una robot que tiene sus propios propósitos y harán una alianza para conseguir lo que quieren.

Visualmente la película es un espectáculo, los efectos especiales se sienten bien cuidados, son de primera, y aunque la historia de la cinta es de pocos personajes, se siente monumental y como una experiencia que vale toda la pena vivir y disfrutar en el cine.

Lo impactante llega cuando nos damos cuenta que ahora el Depredador habla, y nos da a conocer más de sus orígenes y forma de vida, un clan que solo piensa en destruir, cazar y cumplir con códigos, nos humanizan al ser que siempre vimos como una bestia incontrolable, las actuaciones son soberbias, nos atrapan y nos guían a un nuevo camino que desde Prey y el Cazador de asesinos, ya sabíamos que se iba a poner cada vez mejor.

Desde el primer segundo todas las reglas de las películas que la saga había mostrado, cambian y eso la hace sorprendente y con un sello original. Una película de ciencia ficción en forma, que es todo lo que queríamos del director que trajo Prey y que de verdad están guiando a la franquicia a un terreno que promete solo grandes cosas. Y la música que cosa, definitivamente es un espectáculo sonoro y visual que hay que vivir sí o sí en el cine, no te vas a arrepentir.

Oscar Beltrán



  



  

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