Beetlejuice Beetlejuice, 36 años de espera tienen su recompensa con esta divertida secuela
36 años después, Tim Burton decidió revivir al súper fantasma: Beetlejuice, lo invocó tres veces, y vuelve para demostrar, que al oscuro y peculiar cineasta se le da eso de hacer secuelas. Y aquí nos entrega una cinta digna, una película muy divertida, que claro que apela a la nostalgia, pero eso no le quita, que con nuevos elementos, es una mezcla precisa de una película muy divertida, con entrañables personajes y con una creatividad desbordante que sale de la mente de un Burton que es capaz de transportar de una generación a otra.
La historia nos lleva a viejos conocidos: Lydia Deetz (Winona Ryder) que ya es una mujer adulta, pero mantiene su estilo gótico. Ahora es una celebridad de televisión, con un programa sobre fantasmas muy exitoso. A la par conocemos a Astrid Deetz (Jenna Ortega), su hija, incrédula del mundo paranormal y resentida con su madre después del fallecimiento de su papá. Y claro, está la historia del mundo de los muertos, en donde Beetlejuice (Michael Keaton) se enfrenta a la amenaza de su ex esposa: Delores (Monica Bellucci) que quiere cobrar venganza contra él. Las tres historias se unirán, cuando Astrid descienda al mundo de los muertos por un engaño, es entonces cuando Beetlejuice y su locura, serán su última esperanza.
Michael Keaton se roba todo, en esta aventura en la que el súper fantasma logra tener más protagonismo junto a Winona Ryder que se nota que disfrutó de estar aquí, en la reunión y en esta historia que logra unir las tres partes, en momentos de un modo un poco accidentado, pero que al final, logra su cometido: divertir, encantar a los fans de la primera, y capturar a muchas almas más para que sean fans del fantasma. Hay que decir que el único problema, es lo sobrado que se siente el personaje de Delores, está solo ahí, flotando como una excusa, en cambio hay otros como los cabezas reducidas (en especial Bob) o Delia Deetz (Catherine OHara) que se agredece su protagonismo.
La aventura es más grande, se siente un Burton más suelto dando rienda suelta a su imaginación, haciendo una película que se siente igual de acogedora, pero que tiene más elementos divertidos que por momentos me hicieron sentir que estaba viendo el Live Action de El Cádaver de la novia. Un festín de sustos, maquillaje increíble y personajes estilizados con mucho humor y oscuridad son la guía perfecta para esta película que sorprende y es un poquito más de lo que se esperaba.
Reconocimiento monumental a Willem Defoe, que aquí está, como siempre, increíble, y brillante, anda en una racha de 10.