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Las bombas nucleares: cómo funcionan y su poder destructivo

Imagen por Cortesía

Las bombas nucleares son las armas más devastadoras creadas por la humanidad, capaces de liberar una enorme cantidad de energía en una fracción de segundo. Su uso en Hiroshima y Nagasaki en 1945 demostró su capacidad destructiva, y desde entonces han sido un tema central en discusiones sobre seguridad global. A continuación, explicamos de manera sencilla cómo funcionan y el alcance de su destrucción.

¿Cómo funciona una bomba nuclear?

Las bombas nucleares operan mediante dos procesos físicos: fisión nuclear (como las bombas de Hiroshima y Nagasaki) o fusión nuclear (en las bombas termonucleares o de hidrógeno, más avanzadas).

Fisión nuclear: En este proceso, el núcleo de un átomo pesado, como el uranio-235 o el plutonio-239, se divide en dos o más fragmentos al ser impactado por un neutrón. Esta división libera una gran cantidad de energía, además de más neutrones que desencadenan una reacción en cadena. Esta reacción ocurre en milisegundos, generando una explosión masiva.

Fusión nuclear: En las bombas termonucleares, se utiliza la fisión como "detonador" para alcanzar temperaturas extremadamente altas, lo que permite la fusión de núcleos de hidrógeno (como en el Sol). Este proceso libera aún más energía que la fisión. Las bombas modernas suelen combinar ambos procesos para maximizar su potencia.
La explosión de una bomba nuclear produce cuatro efectos principales: Onda expansiva: Una presión devastadora que destruye edificios y estructuras. Radiación térmica: Calor intenso que provoca quemaduras graves y puede incendiar materiales a kilómetros de distancia. Radiación ionizante: Rayos gamma y neutrones que dañan tejidos vivos y causan enfermedades por radiación. Pulso electromagnético (EMP): Puede desactivar dispositivos electrónicos en un área amplia.
¿Cuál es el diámetro de destrucción?

El alcance destructivo de una bomba nuclear depende de su rendimiento, medido en kilotones (kt) o megatones (Mt), donde 1 kt equivale a la energía de 1,000 toneladas de TNT y 1 Mt a 1,000,000 de toneladas. A continuación, algunos ejemplos:
Bomba de Hiroshima ("Little Boy", 15 kt): Destruyó un área de aproximadamente 1.6 km de diámetro (unos 2 km²) con daños severos. Edificios colapsaron, y el calor incineró todo en un radio de 1 km. Afectó un área mayor con radiación y lesiones.

Bomba de Nagasaki ("Fat Man", 21 kt): Similar a Hiroshima, con un diámetro de destrucción total de alrededor de 1.8 km.

Consecuencias a largo plazo

Además de la destrucción inmediata, las bombas nucleares generan radiación residual (ceniza radiactiva o fallout), que puede contaminar grandes áreas durante días, semanas o incluso años, dependiendo del diseño de la bomba y las condiciones ambientales. Esto provoca enfermedades como cáncer y afecta el medio ambiente.

Hoy en día, se estima que existen unas 12,500 armas nucleares en el mundo, principalmente en manos de países como Estados Unidos, Rusia, China, y otros. Los tratados internacionales, como el Tratado de No Proliferación Nuclear, buscan limitar su proliferación, pero la amenaza persiste.

En conclusión, las bombas nucleares son armas de una potencia inigualable, capaces de destruir ciudades enteras en segundos. Su impacto va más allá de lo físico, dejando cicatrices sociales, ambientales y políticas. La comprensión de su funcionamiento y consecuencias refuerza la importancia de trabajar por un mundo libre de estas armas.

Redacción



  



  

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