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Brooke Shields afirma que La laguna azul, su película más controvertida, "hoy no se permitiría" por temas de consentimiento

Imagen por Cortesía

La actriz Brooke Shields, de 60 años, ha generado un intenso debate en Hollywood al declarar que su icónica y polémica cinta El lago azul (1980), en la que interpretó a una adolescente varada en una isla desierta junto a Christopher Atkins, "hoy no se permitiría" debido a las normas actuales sobre consentimiento, explotación infantil y representación de la sexualidad.

En una entrevista exclusiva con la revista Vanity Fair, Shields reflexionó sobre el rodaje cuando tenía apenas 14 años, destacando cómo las escenas de desnudez y el romance implícito entre menores de edad serían inaceptables en la era post-#MeToo. "Era una niña, y nadie pensó en el impacto a largo plazo; ahora, con lo que sabemos, esa película no vería la luz", aseguró la estrella.

El lago azul, dirigida por Randal Kleiser y producida por Columbia Pictures, recaudó más de 58 millones de dólares en taquilla y se convirtió en un fenómeno cultural de los 80, pero desde entonces ha sido criticada por su glorificación de la inocencia sexualizada y la falta de protecciones para actores jóvenes. Shields, quien posó desnuda para la portada de la revista Time en esa época, reveló que el set fue un "caos emocional" marcado por la presión de los productores para capturar una "belleza natural" que hoy se consideraría abusiva. "Me cubrieron el cuerpo con aceite de coco y me dijeron que actuara como si nada; era explotación disfrazada de arte", confesó, abogando por reformas en la industria para salvaguardar a los menores.

La declaración de Shields llega en un contexto de revisionismo cultural, donde clásicos como Pretty Baby —también protagonizada por ella a los 11 años— enfrentan boicots en plataformas de streaming por contenido similar. La actriz, madre de dos hijas y activista por los derechos de las mujeres, enfatizó que su experiencia no fue única, citando casos recientes de demandas contra productoras por abuso en sets juveniles. "El cine ha evolucionado, y por bien; debemos proteger a las nuevas generaciones de lo que yo viví", añadió, instando a Hollywood a implementar chaperones obligatorios y cláusulas de consentimiento retroactivo en contratos antiguos.

Esta reflexión ha reavivado el interés por El lago azul, que acumula vistas en Netflix pese a las advertencias de contenido, y ha provocado respuestas divididas en redes sociales: mientras algunos la defienden como "producto de su tiempo", otros exigen su retiro de circulación. Expertos en estudios de género prevén que el testimonio de Shields impulse un movimiento mayor por la accountability en el cine clásico, potencialmente afectando reediciones y festivales. Con su franqueza, la exmodelo no solo cierra un capítulo personal, sino que acelera el diálogo sobre el costo humano detrás de las luces de la fama.

Redacción



  



  

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