Los humanos vivimos en números rojos, consumimos más recursos de los que la Tierra puede producir

Cada año, la humanidad enfrenta un recordatorio alarmante de su impacto en el planeta: el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, la fecha en la que agotamos los recursos naturales que la Tierra puede regenerar en un año. Según el Global Footprint Network, en 2024, este día llegó el 1 de agosto, y las proyecciones para 2025 indican que podría adelantarse aún más, reflejando un consumo insostenible que pone en riesgo la habitabilidad del planeta. Este fenómeno, descrito como "vivir en números rojos", plantea serias preguntas sobre el futuro de la humanidad y el equilibrio de los ecosistemas.
¿Qué es el Día de la Sobrecapacidad?
El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra marca el momento en que la demanda humana de recursos —como alimentos, agua, madera y energía— supera la capacidad de regeneración de los ecosistemas. Calculado mediante la comparación entre la huella ecológica (nuestro consumo) y la biocapacidad del planeta (su capacidad de regeneración), este indicador revela que, a nivel global, necesitaríamos 1.75 Tierras para sostener nuestro ritmo de consumo actual indefinidamente. En países como España, la sobrecapacidad se alcanzó aún antes, el 12 de mayo de 2024, según datos de la WWF.
El modelo actual de producción y consumo es el principal impulsor de esta crisis. La alimentación representa cerca del 50% de la huella ecológica global, debido a prácticas intensivas que agotan suelos y recursos hídricos. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y el aumento de la población también contribuyen significativamente. Según la FAO, aunque existen 2,500 millones de hectáreas con potencial agrícola en países en desarrollo, limitaciones como la topografía y la calidad del suelo restringen su uso, exacerbando la presión sobre los recursos disponibles.
Diversos estudios han abordado el "fin del mundo" desde la perspectiva del agotamiento de recursos. En 1960, el físico Heinz von Foerster predijo un colapso global para 2026, basado en el crecimiento exponencial de la población. Aunque las tasas de natalidad se han estabilizado, su advertencia sobre la insostenibilidad persiste. Por otro lado, Stephen Hawking alertó en 2017 que, para el año 2600, la Tierra podría convertirse en una "bola de fuego" debido al consumo excesivo y el cambio climático. Más recientemente, la NASA ha señalado que, en unos 1,000 millones de años, la creciente luminosidad del Sol podría hacer inhabitable nuestro planeta, aunque el cambio climático antropogénico podría acelerar este proceso mucho antes.