45 años después, Chapman confesó por qué asesinó a John Lennon
Mark David Chapman, el hombre que asesinó a John Lennon hace 45 años frente al edificio Dakota de Manhattan, ha roto su silencio en una audiencia de libertad condicional revelando el verdadero motivo detrás del crimen que conmocionó al mundo el 8 de diciembre de 1980. En su decimocuarta solicitud de parole, rechazada nuevamente por la junta de Nueva York, Chapman confesó que actuó por un deseo "completamente egoísta" de ganar fama y notoriedad. "Quería ser alguien", admitió el ahora septuagenario, quien disparó cinco veces contra el ex Beatle por celos de su éxito y para emular la infamia de otros asesinos famosos como John Wilkes Booth.
El testimonio de Chapman, detallado en documentos judiciales obtenidos por medios como el New York Post, pinta un retrato de un hombre atormentado por su propia insignificancia en la juventud. A los 25 años, obsesionado con El guardián entre el centeno de J.D. Salinger, Chapman vio en Lennon un símbolo de hipocresía por su riqueza y pacifismo, pero ahora lo reduce todo a un anhelo patético de atención. "Mi crimen fue egoísta al máximo; no benefició a nadie más que a mí en ese momento", declaró, reconociendo que su acto no tenía justificación ideológica, sino un impulso narcisista que lo llevó a firmar autógrafos horas antes del asesinato.
La revelación llega en un contexto de múltiples denegaciones de libertad condicional, la última en septiembre de 2025, donde un psicólogo evaluador cuestionó la "empatía superficial" de Chapman pese a sus remordimientos expresados. Aunque ha pasado décadas en prisión expresando arrepentimiento y rechazando entrevistas mediáticas para no glorificar su acto, esta confesión parece un intento tardío de cierre. Familiares de Lennon, como su viuda Yoko Ono, han abogado en el pasado contra su liberación, argumentando que el dolor persiste para los fans y la industria musical.
A 45 años del suceso, que truncó la vida de Lennon a los 40 y alteró para siempre el legado de The Beatles, las palabras de Chapman resuenan como un recordatorio sombrío de la fragilidad de la fama. Mientras él permanece encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Wende, en Buffalo, su admisión podría influir en futuras audiencias, aunque expertos dudan de su sinceridad. "Es un mensaje para los fans, pero las autoridades no lo compran", concluyen los informes, subrayando que el asesino sigue siendo un prisionero de su propia obsesión.
