Tron: Ares, un desesperado intento por vivir con un soundtrack de 10

15 años tuvieron que pasar para que nos llegara una tercera parte de Tron, la apuesta de cine de ciencia ficción con toques entre videojuegos y un mundo digital de Disney. Y Tron Ares es el esfuerzo desesperado por darle vida y un rumbo a esta franquicia, lamentablemente se estrellaron en el intento de lograrlo, y aunque debo decir que visualmente, y sobre todo musicalmente, con un soundtrack hecho por Nine Inch Nails, es un espectáculo que vale la pena, su gran problema es, pues todo lo demás.
La trama nos presenta a Eve Kim, la heredera de la empresa de tecnología Encom, que son los que buscan hacer el bien con los avances de la inteligencia artificial, enfrente tiene a su rival: Julian Dillinger, que guía la empresa Dillinger vía crear armamento. Ambos buscan el código de permanencia, que permite que sus creaciones digitales vivan más de 29 minutos en el mundo real. Es aquí donde aparece Ares, el soldado perfecto que es a la vez la inteligencia artificial más avanzada del mundo, que comienza a cuestionarse su existencia, que está bien y que mal.
Justo un problema con el que la película lidia, es que nos mete en este mundo digital de La Red, en el que llega el cuestionamiento de que tanto se puede permitir pensar a la inteligencia artificial, pero eso es cuestionamientos éticos y hasta filosóficos se quedan muy por encima, dejando esto más cerca a una fábula de fantasía estilo Pinocho, a lo que realmente querían lograr con una película de este estilo.
Y aunque tiene sus momentos de buena acción, cae en huecos y espacios en los que se siente no avanza mucho. La actuación de Jared Leto se siente algo plana, mientras que Greta Lee aquí se siente desaprovechada. La historia, eso sí, tiene mucho de: los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, dejando un espacio para una pequeña redención de vez en cuando.
Tron Ares es para disfrutar y ya, es un esfuerzo para mantener vivo este universo, se verá si les alcanza. Eso sí, se siente como un regalo para los fans con todo y un abrazo nostálgico ochentero, referencias interesantes y que cumple con lo que mejor han hecho en Tron: el paseo visual y un soundtrack de 10.